Ejercicio y Sistema Inmune: Cómo fortalecerlo

En nuestra salud diaria, el sistema inmunológico en un pilar fundamental ya que es el responsable de defender al cuerpo frente a patógenos externos potencialmente peligrosos y poder así mantener un equilibrio óptimo (homeostasis) en nuestro sistema, tejidos u órganos. Conseguir mantener ese equilibrio hoy en día no es tarea fácil ya que el cuerpo se ve sometido a numerosos y diferentes factores estresantes.

¿Sabías que nuestro sistema inmunológico también juega un rol fundamental en el rendimiento deportivo? Un sistema inmunológico saludable no sólo es necesario, sino que es determinante para mantener una buena condición física y reducir el riesgo a sufrir una lesión.

 ¿Qué es el Sistema Inmunológico y cuál es su función principal?

El sistema inmunológico es una red protectora frente a infecciones y enfermedades, compuesta por una serie de células, tejidos y órganos que trabajan conjuntamente. Este sistema cuenta con 2 tipos de respuestas:

  • Innata: sería la primera línea de defensa que podemos encontrar y estaría compuesta por barrera físicas (piel, mucosa, etc.) que responden rápidamente a cualquier amenaza.
  • Adaptativa: respuesta más específica y de acción prolongada, la cual es llevada a cabo por células más especializadas y que generan “memoria inmunitaria” que nos protegerán en ocasiones futuras.

En el contexto deportivo o en relación con la actividad física, tener un sistema inmunológico “desequilibrado”, puede predisponernos a sufrir fatiga crónica o tener dificultades a la hora de recuperarnos tras un entrenamiento.

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Cómo funciona la hormesis en el Sistema Inmunológico

La hormesis puede considerarse como una pequeña dosis de estrés, que aplicada con un volumen e intensidad tolerables genera adaptaciones positivas a nuestro sistema. En cambio, si generamos estresores duraderos y muy intensos, tendrá un efecto contrario.

Estos “estresores controlados” activan respuestas en el sistema, y más en concreto, en nuestras células, tejidos y órganos, que fortalecen el cuerpo y pueden optimizar la respuesta inmunitaria.

Entre los mecanismos beneficiosos que genera la hormesis encontramos:

  1. Activación de procesos de reparación celular (exposición al frío)
  2. Fortalecimiento de la respuesta inmune
  3. Reducción de la inflamación sistémica (generalizada)

¿Cómo afecta el ejercicio al sistema inmunológico?

Si atendemos al lo expuesto anteriormente, nuestro sistema inmunológico reacciona ante un estresor para adaptarse, por lo que el ejercicio físico puede considerarse como un estresor positivo para el organismo.

Pero es cierto, como se señalaba anteriormente, que cuando se realiza ejercicio físico (como estresor), debe de hacerse a un volumen e intensidad controlados, ya que si sobrepasamos esa dosis “óptima” el efecto que tiene sobre nuestro organismo es el contrario.

Cuando a nuestro cuerpo le aplicamos un estímulo controlado, como el entrenamiento de fuerza adaptado a nuestra condición física y manteniéndonos dentro de unos parámetros de intensidad tolerables para esta misma, en el cuerpo se activan una serie de células y cuerpos celulares que favorecen la defensa inmunológica, como son las células NK (Natural Killer) y linfocitos.

En cambio, cuando extendemos demasiado la actividad, sobrepasando nuestros propios límites, ya sea por exceso de intensidad o por falta de descanso y recuperación (siendo esta PRIMORDIAL), podemos generar un DESAJUSTE temporal en nuestro sistema inmunológico. Es decir, se genera un estado de mayor vulnerabilidad de nuestro sistema (se reduce la actividad de esas células NK y linfocitos).

¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestro sistema inmunológico?

Ya que la salud inmunológica está directamente relacionada con el rendimiento físico y en la recuperación, se necesita establecer estrategias con las que fortalecer este sistema:

  • Optimizar el descanso: el sueño es fundamental para la regeneración celular, recuperación y fortalecimiento inmunológico. Necesitamos garantizar entre 7 y 8 horas de sueño al cuerpo para que se puedan generar todos estos procesos de recuperación.

  • Hábitos de alimentación equilibrados: proporcionar al sistema con una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas (A, C y E), y también con Zinc; puede ayudar a reforzar esas células inmunológicas. Además, debemos de intentar mantener una buena salud intestinal, por lo que un aporte de probióticos sería muy interesante también.

  • Control del estrés: el estrés crónico también afecta negativamente al sistema inmunológico, por lo que buscar opciones que ayuden a rebajarlo (meditación, contacto con la naturales, etc.), serían estrategias muy interesantes para mantener a raya este estresor
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El sistema inmunológico juega un papel fundamental no solo en el rendimiento físico y en la recuperación sino en nuestra salud. Por ello, mantener una función inmunológica saludable nos permitiría mejorar su resistencia y alejarnos así de posibles infecciones, enfermedades y lesiones.

Una buena combinación entre entrenamiento, descanso, hábitos de alimentación equilibrados y saludables, y estrategias para reducir el estrés, se puede lograr proteger y defender el sistema inmunológico; permitiendo conseguir una mejor condición física y un estado de salud equilibrado a largo plazo.

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