CONDICIÓN FÍSICA ¿EN QUÉ CONSISTE?

La condición física es un estado de salud y aptitud que permite a una persona realizar actividades físicas de manera efectiva y eficiente.

Se compone de características como la fuerza muscular, la resistencia cardiorrespiratoria, la movilidad y la composición corporal, las cuales pueden mejorar con la actividad física regular y una alimentación saludable.

Una buena condición física está directamente relacionada con la salud, ya que nos ayuda a mantener un estado físico y psicológico saludable, con el cual enfrentarnos sin problemas a cualquier demanda física o mental.

Beneficios de la condición física

Las principales ventajas de una buena condición física son:

  1. Fortalecimiento del sistema cardiovascular: La actividad física regular fortalece el sistema circulatorio, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  2. Reducción del riesgo de enfermedades crónicas: Realizar ejercicio habitualmente, puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, la obesidad y algunos tipos de cáncer.
  3. Control del % grasa corporal: Una rutina deportiva, ayuda a controlar la acumulación de grasa y eso reduce el riesgo de obesidad, lo que a su vez reduce el riesgo de enfermedades crónicas.
  4. Mejora de la salud mental: La actividad física habitual se ha asociado con una mejora de la salud mental, incluyendo la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión.
  5. Mejora de la calidad de vida: La actividad física puede mejorar la calidad de vida, incluyendo la capacidad para realizar actividades cotidianas, el sueño y la autoestima.

Durante el año, las exigencias y ritmos del día a día nos permiten mantener unos hábitos de vida más o menos saludables y activos, dependiendo de la persona, ya que se tendría una organización determinada para poder completar todos esos compromisos y obligaciones. Pero cuando llegan las vacaciones de verano, dejamos de tener tantas exigencias y obligaciones, nos relajamos y perdemos el ritmo que teníamos.

¿Cómo afecta las vacaciones de verano a tu condición física?

Se produce un desajuste en nuestras rutinas diarias, lo que afecta negativamente a tu condición física.

Sus efectos son:

  1.  Disminución de la actividad física diaria: Durante las vacaciones de verano, las personas tienen más tiempo libre y pasan más tiempo sin moverse, se vuelven más sedentarias, como por ejemplo viendo la televisión o jugando a videojuegos. Esto puede llevar a una disminución de la actividad física diaria.
  2. Cambios en los hábitos de alimentación: Durante las vacaciones de verano, es normal que se consuman alimentos ricos en grasas y calorías, como fritos y postres. Estos cambios pueden llevar a un aumento de peso y afectar la capacidad del cuerpo para mantener una buena condición física.
  3. Descanso insuficiente: Es común que las personas cambien sus horarios de sueño y se acuesten y levanten más tarde de lo habitual. La falta de sueño puede afectar negativamente la condición física y la capacidad del cuerpo para recuperarse después del ejercicio.
  4. Cambios en la rutina de ejercicios: Las vacaciones estivales pueden significar un cambio en la rutina de ejercicios, como no entrenar o dejar de practicar deportes. La interrupción de ese hábito o rutina puede disminuir la capacidad física y afectar a la capacidad cardiorrespiratoria.

¿Qué suponen los desajustes en la condición física en verano?

El hecho de mantener los cambios que hemos visto con anterioridad, puede  suponer poner nuestra salud en riesgo a largo plazo. Los efectos negativos que sufriríamos son:

  • Aumento del riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo II, obesidad, etc.
  • Disminución de la capacidad cardiorrespiratoria (eficiencia de la función cardiopulmonar).
  • Pérdida de fuerza muscular (menos capacidad y músculos más débiles).
  • Deterioro de la salud ósea (menos calidad y cantidad de hueso)
  • Aumento del riesgo de lesiones (músculos y las articulaciones pueden ser menos fuertes y menos resistentes).

Desde JW te proponemos unos consejos para que puedas mantener tu condición física y que al mismo tiempo disfrutes de tus vacaciones de verano junto con tus seres queridos:

  1. Realizar actividades físicas al aire libre: aprovecha el mejor tiempo para pasear o montar en bici, o para pasar tiempo en la playa.
  2. Incorporar el ejercicio físico en las actividades de ocio: a esas actividades añádele algo más de intensidad (senderismos, paseos en bici por la montaña, etc.)
  3. Mantener una rutina de ejercicio regular: intenta entrenar 1 o 2 veces a la semana para mantener esas adaptaciones que has conseguido durante el resto de año.
  4. Realiza ese ejercicio físico en las primeras o ultimas horas del día.
  5. Hacer ejercicio temprano en la mañana o en la noche.
  6. Mantener unos hábitos de alimentación e hidratación saludables.
  7. Mantén unos buenos hábitos de descanso.

Y ya sabes, ¡disfruta un verano lleno de salud y movimiento!

Si te ha gustado esta publicación compartela

Publicaciones relacionadas

Skip to content